Hoy termina la Campaña Electoral en España, hacia unas municipales que no van a representar el cambio que se espera, que se necesita, que se pide.
Una campaña electoral pobre en ideas, sosa, más llena de temores a no equivocarse que a debatir propuestas para los próximos cuatro años. No es pues extraña la situación en la calle pidiendo más política aunque sin política.
Los actuales políticos, la clase política como nombre social que les debería producir urticaria a los implicados, no ha estado a la altura de lo que se necesita.
Ninguno.
La izquierda está acomplejada por no saber ni por donde acudir a tantos problemas sin soluciones y la derecha temerosa de que al final no logren ganar por goleada, sabedores de que sus líderes son flojos de sujetar en el cartel. Es el gran problema. No hay líderes de calidad, no hay personas con ideas nuevas, con ganas o rasmia para liderar a la sociedad hastiada y cansada.
El domingo unos pocos iremos a votar y esperaremos unos resultados que serán más de lo mismo o de lo parecido, sin que nada haya cambiado en esta España herida. Luego, tendrán que seguir las presiones, las malas babas, las ganas de recambiar el sistema, pues lo que hay está demostrando que no nos sirve pare resolver los problemas. Gestionar cuando todo va bien lo saben hacer hasta los aprendices.