El capitalismo desregularizado que aceptó la Tercera Vía no creó una sociedad basada en la meritocracia, como aseguraban algunos, sino una sociedad cada vez más desigual, con niveles desconocidos de riqueza, pero también con divisiones sociales mucho mayores que antes.
El documento se llama Building the good society (se puede descargar de: http://www.lwbooks.co.uk/journals/soundings/social_europe/building%20good%20society.pdf ), está patrocinado por Compass, un grupo crítico de jóvenes laboristas (www.compassonlines.org.uk), y ha contado con el apoyo de la famosa Fundación Ebert.
El trabajo acusa a la Tercera Vía de haber infravalorado el poder destructivo de los mercados y de malinterpretar los cambios que se estaban produciendo en las sociedades europeas. En respuesta a una larga etapa de poder de la derecha se "abrazó acríticamente el nuevo capitalismo globalizado", con el resultado de que sectores sustanciales de la sociedad perdieron su fe en la socialdemocracia como defensora de sus intereses y de la idea de "lo público". Unos se refugiaron en la abstención, otros se dirigieron hacia otros pequeños grupos, y otros, claramente, hacia partidos fascistas.