Se quiere insistir desde muchos foros en que las listas electorales de los partidos políticos las tendría que confeccionar la sociedad y no los estados mayores de los partidos políticos. Parece cierto, pero con algunos matices. Los partidos políticos están abiertos, todos en España al menos, a cualquier persona que desee ser militante o simpatizante. Es decir, en teoría al menos, todos podemos e incluso debemos participar en las tareas para que nuestras ideas están trabajadas con nuestra ayuda. Y soportar también los costes que defender las ideas lleva consigo.
La democracia interna de los partidos políticos no es igual en todos ellos, y si es cierto que la mayoría —insito en que NO todos— son pequeñas burocracias políticas de complicado engranaje para incidir sobre ellas incluso desde dentro. Pero si desde dentro es complicado en algunos de ellos, los mayoritarios, desde fuera es imposible.
La participación de la sociedad dentro de los partidos políticos es bajísima, lo que otorga un poder desmedido a los que SI participamos, pues no representamos a la sociedad más que en un pequeño detalle. Esto es imposible de cambiar excepto que más personas se apunten como afiliados a los partidos políticos. Tan sencillo como esto, pero que no siempre es bien admitido por las propias organizaciones, que prefieren ser pocos pero bien dominados.
Eso si, hay ejemplos distintos, de partidos menos tremendos, en donde la democracia interna es mucho mayor, la trasparencia y la participación muy abierta, y en donde si se puede incidir sobre las necesarias actuaciones políticas e ir subiendo en los escalafones de la organización. Dependes de los militantes, pero es una manera de que tus ideas sean tenidas en cuenta.