La economía sumergida, la economía en negro, supone en España una actividad cercana al 22% del volumen económico de todas las transacciones, aunque no siempre ha sido así. Se situó en una media del 12,5% del PIB entre 1980 y 1985, para pasar a unos niveles de hasta el 23,7% entre 2005 y 2008, según un estudio de los profesores de la Universidad Rey Juan Carlos, María Arrazola, José de Hevia, Ignacio Mauleón y Raúl Sánchez para la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas).
El estudio señala que en 2010 la economía sumergida representa en España el 21,5 % del PIB.
Los autores del estudio, que han realizado los cálculos teniendo en cuenta tres metodologías diferentes: aproximación monetaria, el consumo de energía y el modelo MIMIC (Multiple Indicator and Multiple Causes), especifican que la economía sumergida empezó a dispararse a partir de los años 90, al representar un máximo del 16,6% del PIB en 1999 hasta situarse en el 18,8% entre 1990 y 1994. Así, entre 2001 y 2004 la economía al margen del control creció hasta cerca del 20% del PIB, llegando ahsta más del 23% durante el periodo entre 2005 y 2008.
El Estado dejó de ingresar 66.000 millones en impuestos, entre 2005 y 2008
Los profesores además subrayan que el crecimiento de la economía sumergida coincide con una periodo de "fuerte aumento" de la actividad económica oficial. Así, estiman que en los últimos 30 años (1980-2008), el volumen de la economía oficial medida por el PIB se ha más que duplicado, pero la economía sumergida, en el mismo periodo, se ha multiplicado por cuatro.
En términos de recaudación fiscal, el estudio pone de manifiesto que la economía sumergida genera una merma de ingresos fiscales que alcanza alrededor de 31.000 millones de euros de media al año entre 1989 y 2008, o lo que es lo mismo, el 5,6% del PIB. Así pues, los autores subrayan que el incremento de la economía que escapa al Fisco es atribuible en "gran medida" a motivos fiscales.
Y es que entre el periodo que va de 2005 a 2008 casi 66.000 millones de euros llegaron a escapar del control de la autoridades, cuando entre 1990 y 1994 alcanzaban menos de la mitad, unos 30.000 millones de euros. La elevada presión fiscal incentivó más actividades al margen del Fisco
En cuanto al efecto en el empleo, suponiendo que la productividad "aparente" de la economía se corresponde con la misma que la sumergida, los autores del ensayo de Funcas calculan que, si la productividad "aparente" de la economía oficial es la misma que la sumergida, el período 1980-2008 generó una media de 2,5 millones de empleos 'en dinero en negro'.
Ese volumen de empleo sumergido se volvería a acentuar a partir de los últimos años, pues a lo largo del período considerado se ha pasado de unos 1,4 millones entre 1980 y 1984 a más de cuatro millones entre 2006 y 2008.
Para los profesores, no se debe caer en la "tentación" de considerar a la economía sumergida como una parte "consustancial" de la vida económica, al advertir de que a largo plazo la economía sumergida supone un "duro lastre" para el PIB.