Dejo un artículo de Beatriz Gimeno en el blog Confluencias, sobre el papel actual y futuro de Rajoy.
Rajoy por fin ha dicho algo: “tendremos el estado del bienestar que podamos permitirnos”. ¿Permitirnos según quién? ¿Permitirnos o permitirles, o que nos permitan o que les permitamos? Acto seguido ha puesto una comparación muy significativa que a mucha gente se le ha pasado por alto, nos ha comparado con un país africano. Ya saben, ni educación, ni sanidad, ni protección social, ni nada de nada. Podía haber dicho, por ejemplo, “aspiraremos a ser como Noruega”, pero no. Porque verdaderamente estas alturas ya hemos entendido que nadie, ni el PSOE, ni el PP, aspiran que seamos como Noruega en sus mejores horas, sino como un país africano. El camino de tener una corrupción generalizada y verla como normal e inevitable, como la de un país africano, ellos los políticos ya lo han emprendido, despacito pero sin pausa; ahora con el tiempo pretenden convertirnos en ciudadanos/as de un país africano. Aun falta, pero vamos a darle a la cuestión unos años. Por ellos que no quede.
Voy a hacer una predicción (fácil). El día después de que el PP gane las elecciones, Rajoy saldrá en televisión y con cara muy compungida dirá: “hemos encontrado el país mucho peor de lo que imaginábamos, vamos a tener que hacer muchos más sacrificios de los que pensábamos. El PSOE no nos ha dejado alternativa”. Y entonces podemos prepararnos. Esto es lo que acaban de hacer en Castilla-La Mancha: han anunciado quiebra antes siquiera de haberse acercado a un solo papel que acredite esa deuda. Podría parecer que se han precipitado pero creo que están tan seguros de su victoria que no se preocupan ni de disimular. Están seguros de su victoria y seguros también de que ya estamos dispuestos al sacrificio.
Y es posible que tengan razón, la gente les va a votar con la sensación de que nada de lo que venga puede ser peor. Con unos niveles de paro insoportables, con la falta de vivienda estrangulando la vida, con una espantosa falta de expectativas para el futuro, entonces que venga lo que sea que no será peor que esto. Mejor un trabajo de 600 euros que nada, mejor doce horas de trabajo que nada. Nos han puesto a los trabajadores, a la gente normal, allí donde los empresarios siempre quieren tenernos, en la situación de tener que aceptar cualquier cosa, en el puesto de trabajo callados y dispuestos.
Las políticas del PSOE ante la crisis nos ha ido preparando y ahora vendrá el PP a dar el golpe de gracia. Nos robarán aun más, porque yo ya no quiero usar otra palabra que esta: los ricos nos están robando. A ver si lo entendemos. Los ricos pagan cada vez menos impuestos, lo que les permite ser cada vez más ricos; el peso del mantenimiento del estado y de los derechos sociales recae cada vez más en los que tenemos menos pero llega un momento en que eso no vale porque cada vez ganamos menos, cada vez hay más parados que no pueden pagar nada. Y los empresarios siguen apretando las tuercas, quieren pagarnos menos, abaratar costes y los trabajadores son costes. Pero además, los ricos quieren que esos derechos nos sean expropiados porque ahí hay un importante nicho de negocio, si comercializan la sanidad, la educación, el cuidado, ganarán mucho dinero a costa de quienes puedan pagarlo, claro, los demás…qué se aguanten. Vamos hacia un sistema con cada vez más excluidos, pero que se prepara para funcionar dando por hecho que un alto número de personas son perfectamente prescindibles, no importan.
Para esta operación de robo y expropiación han contado con la complicidad de toda la clase política convertida sí, en una clase de poder y privilegios, una clase cerrada sobre sí misma y empeñada en seguir ahí, que la vida está muy dura. Políticos mediocres, sin imaginación, temerosos, de espíritu mezquino, ignorantes, acomodados todos ellos a los aparatos de los partidos convertidos en enormes empresas dedicadas únicamente a ganar elecciones y sobrevivir. Y aquellas personas un poco mejores, menos mediocres, aquellas personas que no se pliegan a los aparatos de los partidos, aquellas personas con imaginación, valor para decir las cosas, honradas o defensoras de principios ideológicos, son barridas por los aparatos que están en manos de técnicos que valoran sobre todo la disposición para cumplir consignas.
Esta explicación puede a muchos y a muchas parecerle simple, pero las explicaciones simples son a veces las que valen. Es exactamente lo que está pasando, ante nuestras narices, ante nuestra impotencia. Pero la historia nunca está escrita, no nos resignemos, salgamos a la calle cuando haya manifestaciones, concentraciones, protestas. Protestemos, leamos, escribamos, discutamos. No nos demos por vencidos. No nos dejemos vencer por el desánimo ni siquiera al contemplar como el PSOE ha matado cualquier intento de discutir de política en su partido, ni al escuchar a Zapatero decir, con una soberbia digna de mejor causa, que lo haría todo exactamente igual. No nos deprimamos ni siqueira al escuchar al candidato designado desgranar su mensaje político: “Llamadme Alfredo”, es todo lo que ha dicho.