A los bancos ya no les hace ninguna gracia quedarse con los pisos que no logran pagar sus hipotecas. Son activos tóxicos por su mala calidad y su escasa venta posterior. No los quieren y la muestra de hoy del Banco Santander va en este camino. Posponer o suspender la devolución del principal durante tres años si se está desempleado o se factura como autónomos un 25% menos es una buena idea y una salida a corto plazo de los problemas que la crisis está llevando a muchas familias a perder su vivienda.
Es previsible que otras entidades sigan el ejemplo. Se trata de pagar solo los intereses durante esos tres años como máximo, eso si, intereses sobre la deuda lo que al final resultará una cantidad mayor a devolver pues serán intereses sobre un pendiente sin amortizar, pero es muy asumible para intentar resolver con el tiempo una crisis familiar grave.
Es mejor incluso que la refinanciación, pues esta obliga a tener que pedir más avales, que no siempre se pueden otorgar, mientras que la suspensión de las cuotas de amortización es un simple acto decisorio por el banco, siempre que no quieran además pedir más firmas sobre el papel.
Los bancos con miles de pisos en sus activos no tienen más que basura en sus contabilidades y ellos lo saben. El oficio del banco es prestar y cobrar la diferencia de intereses, no la de vender pisos viejos y en muchos casos semidestrozados por los que se ven obligados a devolverlos.