Las cifras más recientes calculan que en estos momentos el número de personas con nacionalidad española que residen en el extranjero alcanza los 1.702.778, según los datos del Padrón de Españoles en el Extranjero (PERE) con fecha 1 de enero de 2011. Esto supone un incremento del 8,2% (128.655 personas) respecto de un año antes. Por continentes, el 61,6% de las personas inscritas en el censo tiene fijada su residencia en América, el 35,4% en Europa y el 3% en el resto del mundo.
Por países, los territorios en los que residen más personas de nacionalidad española son Argentina (345.866), Francia (189.909), Venezuela (173.456) y Alemania (108.469). Estas cifras, en todo caso, están sesgadas al alza debido a que en aplicación de la Ley de la Memoria Histórica un número importante de descendientes de españoles ha logrado la nacionalidad española en los últimos meses. Y eso explica, por ejemplo, que el año pasado aumentara en un 43,3% el número de españoles residentes en Cuba. O el 34% que creció la cifra de los que viven en Ecuador. En este sentido, cabe resaltar que casi el 72% de los mayores de 65 años reside en América, mientras que en Europa solo lo hace un 26,3%.
Los últimos datos de la balanza de pagos indican que las remesas de los españoles que trabajan en el extranjero han vuelto a crecer de forma significativa. En concreto, hasta los 1.348 millones de euros en el primer trimestre de este año, lo que representa un aumento del 6,6% respecto del mismo periodo del año anterior.
Se trata de la cifra más alta alcanzada desde 1990, primer año con estadísticas oficiales del Banco de España, y para hacerse una idea de lo que significa hay que tener en cuenta que supone un crecimiento del 17% respecto del primer trimestre de 2009.
Su evolución está marcada por dos hechos: el aumento de la internacionalización de la economía española (aumenta el número de empresas exportadoras) y la propia crisis económica, que ha obligado a muchos españoles a buscar trabajo fuera del país. De hecho, en términos agregados el año pasado se cerró con un volumen de remesas de trabajadores españoles equivalente a 5.376 millones de euros, nuevo récord de la serie histórica.