En mi pueblo los cardos borriqueros, de la misma familia de los cardos comestibles e incluso de las alcachofas, son esas plantas silvestres que nos entregan unas flores secas amarillas tostadas, llenas de pinchos para defenderse de los que intentan comerse sus pequeños frutos o semillas.
Pero en realidad los cardos borriqueros los hemos extendidos incluso a esas personas sin gracia ni ganas de aprender, que se empeñan en seguir insistiendo en sus errores. Tipos sosos y sin sustancia, sin nada en su interior, y que se convierten en cardos borriqueros en el momento en que para defenderse emplean la estulticia y la violencia verbal, que es lo único que les queda. ¿Os suena que alguien se ajuste a esta definición?