Ayer Rosa Benito, la “Rosa rosa de España” se enfrentó a un sillón de cara a cara con sus compañeros de trabajo en Sálvame de Luxe, previo pago de una cantidad que se estipula en algunos “ve corre y dile” sobre los 40.000 euros. Yo lo veo imposible y no me lo creo.
Aguantar el tirón de un par de horas sentada en directo en Telecinco —que si no te lo dan hoy te lo darán mañana—, previo pago de una suculenta cantidad, está bien. Hacerse la herida, crearse historias alrededor, aumentar las reales y fingir las falsas, es una bonita manera de sacarle tajada a la pasta gansa.
Es cierto que se han metido con la familia de la Rosa Benito (Benenito para los enemigos) hasta hacer daño en las entrañas de su flojo marido y de su dolida y algo histriónica hija. No han entendido de qué va la tele, aun llevando muchos años dentro. O si lo han entendido y disimulan bien para seguir chupando de la borrega.
Nada jodería más a los contertulios que sacan amantes y deudas pendientes, que reírse de las desgracias e incluso aumentarlas. Tener un amante es noticia. Tener más de seis amantes es vicio. Pasar de la docena es ser un vivales y un jeta. ¿Qué prefieres ser un pobre pillado, un vicioso del sexo o un jeta conquistador? Pues eso es lo que hay que hacer, Rosa Benito y Amador Mohedano.