Esta imagen del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York realizada por el fotógrafo Thomas Hoepker de la agencia Magnum Photos, se ha convertido con los años en una de las más conocidas y sobre todo polémicas en EEUU. El fotógrafo tardó 5 años en publicarla tras los atentados.
Thomas Hoepker iba buscando puntos de vista del atentado, que fueran panorámicos de NY, cuando desde la orilla del East River, en Brooklyn, se bajó del coche y disparó varias instantáneas de la zona de los atentados. Vio un grupo de jóvenes que plácidamente disfrutaban de una mañana de verano que se acababa y disparó tres diapositivas encuadrando el grupo con el fondo de las Torres Gemelas ardiendo. No supo mirar más, no se percató en ese momento de la imagen tan extraña que había conseguido captar. Aquellos jóvenes permanecían ajenos al atentado, parecían no importarles nada lo que estaba sucediendo en su ciudad, tal vez ya llenos de violencia y asqueados de una vida que no valoraban suficiente. O tal vez en un instante de pose al ver el fotógrafo acercarse.
Aquella imagen permaneció cinco años en un cajón, se publicó en bastantes medios europeos pero solo una vez en un medio de EEUU y se considera ahora como la imagen más dura por lo que puede esconder y decir, de aquel fatídico día que tuvo también imágenes terribles como la de personas cayendo desde el WTC presa de los miedos por morir quemadas.