¿Qué estamos dispuestos a hacer por nuestro modo social de vida?
Estamos entrando en el otoño duro de 2011 que nos va a enseñar lo más crudo del invierno económico de nuestro sistema herido tal vez de muerte. Y todavía no nos hemos respondido a la pregunta del problema.
¿Qué estamos dispuestos a hacer por nuestro modo cultural de vida?
Esperamos, seguimos anhelando a que sean otros los que nos resuelvan los problemas, a que estos no nos afecten a nosotros, a que sean “ellos” los que sufran las desdichas. No miramos dentro de nosotros mismos en busca de respuestas, de hechos que puedan servir para salir de los baches. Simplemente esperamos a que no nos afecten y a pasar de la vida en común, como si la sociedad se supiera cuidar ella sola. Mientras tanto los especuladores siguen su camino.
¿Qué estamos dispuestos a hacer por la sociedad que les entregamos a nuestros hijos?
Los especuladores de laboratorio saben que están tensando en exceso la soga. Saben que hay posibilidades de perder todo y por eso sugieren incluso subidas de impuestos para los más ricos, para ellos. Ahora es el momento de los que desean ser millonarios pero todavía no lo son. De los neo, de los nuevos, de los que quieren ser más especuladores que los especuladores.
¿Qué deberíamos hacer para mantener nuestra forma de vida en bienestar?
Los ricos con estirpe, ahora, quieren que los problemas actuales se resuelvan; pero no por ellos, que van sobrados, sino por mantener el nivel de vida social que les rodea. Nada hay peor para un rico riquísimo que un sistema que no le permita la tranquilidad. Están muy viajados como para no saber comparar con otros países. Les asusta la ince