Dos periodistas mexicanas, Marcela Yarce, de la revista Contralínea, y Rocío González Trápaga, que trabajó para Televisa, fueron asesinadas y sus cuerpos fueron hallados en un jardín del sureste de la capital mexicana; las dos fueron halladas en un parque de la delegación Iztapalapa de México, estranguladas y desnudas. ¿Qué puede, qué debe hacer el Gobierno de México para evitar estas oleadas de violencia extrema contra ciudadanos mejicanos, contra su libertad más básica?
"No sabemos por qué", dijo Badillo, director de la revista Contralínea, consternado por la muerte de sus compañeras, quienes "eran muy amigas", Contralínea, una revista de investigación, señaló que las comunicadoras fueron asesinadas entre la noche del 31 de agosto de 2011 "Quienes integramos el equipo de periodistas de este medio de comunicación, con profunda tristeza pero también con indignación, exigimos a las autoridades el esclarecimiento de estos lamentables hechos. Nos unimos a la pena que embarga a familiares y amigos de las dos periodistas y reclamamos justicia", concluyó la revista Contralínea, que con nueve años de vida, ha abordado temas espinosos de corrupción y sus trabajadores han sido acosados.
Con la muerte de estas dos reporteras, suman 74 los periodistas mexicanos asesinados desde el año 2000, según datos de organizaciones humanitarias de México. Para la organización Article19 los periodistas en México están en una situación de alerta por la "impunidad rampante", lo que da una señal a los "perpetradores de que (matar a un periodista) no tiene ninguna consecuencia".
"Esta falta de protección del Estado mexicano ha generado que los periodistas tengan que optar por un silencio lacerante para el derecho que tiene la sociedad a la información", dijo a Efe Darío Ramírez, director de Article19 para México y Centroamérica. Ante este panorama de inseguridad, "va colocando a la prensa en un rincón, donde está quedando amordazada, silenciada y con justificable miedo", dijo Ramírez. "El mantener este nivel de violencia contra la prensa está generando un nivel de desinformación clara, independientemente que los móviles no los conozcamos. El mensaje es claro: buscar el silencio de este sector", agregó.