En España el 31,2% de los alumnos no termina la ESO. Un 28,4% abandona los estudios entre los 18 y 24 años sin terminar el Bachiller o una FP.
Cada curso que se repite (hasta un 36% en primaria o secundaria repiten al menos un curso en su vida escolar) es un año de pérdida vital, pues es un año que se termina más tarde los estudios, un año que se tarda más en empezar a trabajar.
Si el alumno no alcanza los resultados deseados, es lógico que tenga que repetir, pero no se debe emplear esta medida como la única posible a la vez que deben concienciarse más las familias de lo que realmente supone tener que repetir un curso, tal vez por una dedicación baja al trabajo del alumno, que es estudiar.
En la Unión Europea se repite un 16%, a la vez que se invierte un 5,8% del PIB mientras que en España se invierte un 5,1%, que unido a que nuestro PIB es menor, nos ofrece un esfuerzo en educación que debemos mejorar, más cuando suenas trompetas de recortes y de reformas que van en el camino de suprimir calidades, profesores, posibilidades a la escuela pública a favor de la privada.