¿Cuál es el principal problema que nos hace coger sobrepeso?, pues sin duda la unión de dos factores que cada vez llevamos a más. Una comida en exceso y mal realizada y un ejercicio cada vez menor. Siempre y cuando no haya un transfondo con problemas de salud.
Comemos mal porque comemos mucho más de lo que necesitamos, porque acudimos en exceso a comidas preparadas, con mucha sal, alimentos totales poco variados, con mucha azúcar de la fácil de digerir, con malas grasas, con mucha sal.
Debemos comer cuatro comidas fijas todos los días y no picar entre horas. Un desayuno fuerte con un lácteo, una grasa y un hidrato de carbono. Una fruta con un pequeño bocadillo de jamón cocido o un huevo cocido, algo de mermelada y una tostada acompañando un café con leche sirve perfectamente como idea.
Si es posible no tomar almuerzo, pues ya es suficiente con este desayuno.
Luego una comida potente pero sin una gran cantidad de alimentos. Hay que comer menos cantidad.
Si comemos a las 2, una merienda a las 6 encaja perfectamente, pero sin pasarnos. Una fruta, una galleta, una infusión, algo sin excesivas grasas.
Y una cena a las 10 con una ensalada, un pescado, una sopa.
Hay que reducir grasas, aceites, dulces, panes, algo de sal, productos precocinados de los que desconocemos la sal y grasas desconocidas.
Si nuestra alimentación es variada, siguiendo en la línea de la dieta mediterránea, no será necesario ningún añadido en forma de vitaminas o minerales, pero debe ser variada con más verdura y fruta.
Y recordar que todas estas dietas “milagro” o incluso algunas de las lentas pero que suprimen algún tipo de alimentos, al final suelen dejar dos problemas. Un efecto rebote en cuento se dejan de hacer y posibles problemas renales o de hígado si se mantienen durante mucho tiempo.
Comer de todo, pero comer la mitad. Ya lo decía Grande Covían.