Las personas que están al mando de su propia vida, las que saben dirigir sus destinos, sean buenos o regulares, hacia objetivos positivos en la medida de lo posible, reducen el estrés y la ansiedad de manera muy notable. Se vuelven más fuertes antes los problemas que todos sufrimos en la vida y tienen más resilencia o capacidad para levantarse tras cada golpe que vayan sufriendo en la vida, algo común pues el camino recto no existe.
Por el simple hecho de ser dominadores de nuestra propia vida, de ser capaces de levantarnos tras cada caída, de ser dueños de nuestras decisiones, de estar más seguros, simplemente por tener ese estado vital de auto decisión ya generamos serotonina y endorfinas, algo que artificialmente tenemos que crear con las ayuda de pastillas si no nos comportamos con vitalidad.
Además si somos capaces de tomar el mando de nuestras vidas nos sentiremos mejor pues se nos activará el sistema de recompensas llamado mesolímbico dopaminérgico que es el que activa nuestra capacidad de tener placer. Complicado nombre para algo que debe estar escondido pero que nos sirve para disfrutar de las pequeñas cosas que vayamos logrando.