Un trimestre más recibimos —con pocas expectativas de poder llevarnos buenas noticias— los datos trimestrales de crecimiento económico español del tercer trimestre de 2011. Realizo este pequeño análisis de carácter gráfico para que veamos la tendencia en el corto plazo de la economía española. Pinchen en los gráficos para ampliarlos. Aquí encontrareis un índice con el resto de análisis trimestrales.
Como ya se preveía, el marco contextual en el que hay que ver estos datos es el estancamiento generalizado de una Europa que sigue padeciendo y sufriendo de un Euro que genera desconfianza. Si bien los pesos pesados, el “núcleo” de esta Europa en declive —Alemania y Francia—, muestran crecimientos que siguen siendo superiores a la media europea, los datos sugieren que en el cuarto trimestre de 2011, y a comienzos de 2012, se remarcará mucho más este estancamiento de lo que ahora se padece, la crisis de deuda, que va aparte, pero que comparte parte del problema, pues puede agravarlo todo aun más.
En el anterior gráfico pueden verse los crecimientos intertrimestrales e interanuales de algunas de las economías de la zona euro.
Evolución del PIB
Los datos ya eran conocidos. Un crecimiento intertrimestral del 0,0%, menor que en el trimestre anterior que fue del 0,2%, y un crecimiento interanual parejo al anterior del 0,8% (Si bien es cierto que baja, ya que está redondeado, de un 0,82% a un 0,75%). De esta forma el PIB a precios constantes permanece constante a la espera de que los malos datos del cuarto trimestre se lleven parte de la recuperación acontecida en este año. Obviamente, no podemos escapar de esta nueva ola de “decrecimiento” en la recuperación, este “double dip” que llaman algunos.
Ahora veremos que partidas del desglosa vía demanda han afectado a que el PIB no haya seguido creciendo.
Demanda interna y externa
La tendencia natural que hemos acogido por la crisis es la de un aumento en las exportaciones netas que fuera capaz de generar un crecimiento vía externa que suplementara los retrocesos en la demanda interna que debían hacerse para seguir ajustando los desequilibrios de deuda. Sin embargo, Europa ha entrado en una batalla exportadora ya que todos quieren crecer por la misma vía. El resultado es que el crecimiento de la demanda externa que se realiza a España ha bajado de un 2,5% a un 2%. Sin embargo, la demanda interna parece estar recuperándose un poco después del retroceso al que las medidas de austeridad le obligaron en el segundo trimestre, pasando de bajar un 1,7% a un 1,2%. Sin embargo, algunas estimaciones le daban un valor mucho más alto (del -0,6%, por lo que España sigue metida en una ralentización de su crecimiento interno que, a todas luces, no va a ayudar a la recuperación a corto plazo.
Esto se traduce en unas exportaciones que cada vez aumentan menos (tendencia que ya habíamos empezado a finales de 2010, y que se deriva de una bajada en la exportaciones de servicios, con pequeños aumentos en la exportaciones de bienes), conjuntamente con un aumento de las importaciones, aunque a menor ritmo que otros trimestres (en donde, al revés, desciende el consumo de servicios y aumenta el de bienes).
Esta reducción en el consumo de servicios es generalizada, y puede venir derivada de la propia crisis. Si no hay actividad económica, los servicios, sector que está más en la “superficie” se ven más afectados.
Ahora damos paso a los pesos pesados, la demanda interna, consumo e inversión:
Consumo
El consumo ha bajado un 0,4%, algo menos que el trimestre anterior (-0,7%). Sin embargo, el consumo total se ve muy afectado por la tendencia acogida del gobierno de reducir su gasto en la búsqueda de una austeridad que genere la confianza necesaria como para que aumenten las inversiones. En consonancia con el aumento del consumo privado (0,4%), el consumo público desciende un 2,3%.
Si bien intertrimestralmente los datos no son tan positivos pues muestran que este crecimiento privado se debe a los malos datos de hace un año. La tendencia del consumo total sigue a la baja, bajando un 0,1%.
Sea como fuere, los consumidores, con una remuneración que baja un 1,2%, y un empleo que baja un 1,9%, han ahorrado menos que hace un año, posiblemente porque las deudas empiezan a reducirse o porque las perspectivas futuras no pueden ir a peor. Posiblemente estemos ante un espejismo momentáneo.
Inversión
Esta si que parece coger el rumbo hacía terreno positivo de forma consolidada. Los bienes de equipo continúan aumentando, un 2,4%, (lo cual quiere decir que hay cierta confianza en que la producción futura aumente), sin embargo la construcción (-7,4%) sigue lastrando la inversión total que continua en terreno negativo (-4,2%). El problema es que la lentitud con la que la inversión retorna al crecimiento positivo es demasiado lenta. Aun falta por encontrar los nuevos sector del futuro, desquitarnos de la construcción y comenzar a invertir y crecer en nuevos yacimientos que también puedan generar empleo. Hasta entonces, la inversión total se verá lastrada por un crédito difícil de conseguir y unas perspectivas económicas no muy halagüeñas para correr riesgos.
Producción por sectores
Lo primero que se puede ver claramente en el gráfico es la recuperación que poco a poco, disminuye el decrecimiento de la construcción. Aunque esta sigue estando en terreno negativo y posiblemente se quedará en torno al -2% hasta que la crisis de la vivienda haya pasado. Seguimos teniendo un stock muy alto y no hay salida, ni vía crédito ni vía demanda, para tantos pisos vacíos.
El resto de sector siguen sin cambios. Los servicios se mantienen en casi todas sus partidas excepto en información y comunicaciones que aumentan hasta un 1,4%, y el comercio y transporte que baja hasta un 0,5%. Aunque la tendencia general es que los servicios están reduciendo su crecimiento poco a poco mientras la industria va cogiendo peso y consolidando su recuperación.
Entonces… ¿Cómo estamos?
A la vista de estos últimos datos, la mejor respuesta es la de que estamos estancados. Casi todas las partidas muestran un evolución con respecto al trimestre anterior bastante escasa. Sin embargo, este estancamiento es mas negativo que positivo. En primer lugar, porque puede ser la calma que preceda a la tempestad. Con una crisis del euro y una Europa cada vez más frenada, el cuarto trimestre puede ser mucho peor. En segundo lugar, porque el resto de países al menos ha tenido ya medio año de recuperación, con tasas de paro bajando y producción a ritmo pre crisis. Nosotros seguimos siendo más lentos.
El empleo sigue bajando, las remuneraciones siguen bajando, la producción se estanca, el contexto europeo se enfría, la inversión no encuentra aun su lugar, el sector público lastra el crecimiento… Malos augurios para una mala época.