La extrema delgadez, la anoréxica figura de la Princesa Letizia es un asunto que trasciende a la libertad personal de ser y comportarse como le de la real gana a una persona libre.
La Princesa Letizia es un personaje público, se debe a su cargo institucional y como tal y en representación a él, debe respeto a una imagen pública que en estos momentos simula claramente a una persona anoréxica, con lo que esto supone para las personas que sufren esta enfermedad, la comprenden o no, la asumen o no.
Si en verdad Letizia sufre de este problema debería decirlo y así hacer un favor a las miles de personas que sufren este problema. No hacerlo es convertir como normal una imagen del cuerpo que no es normal.
Y de todas las maneras, si no se está anoréxica y es una predisposición natural a estar muy delgada, deberían cuidarse sus formas de vestir, para no remarcar lo que para miles de personas es una enfermedad y como poco un gran problema.