Que el poder desgasta está claro. Sobre todo cuando se pierde. Las personas sobre la suma de nuestras circunstancias más nuestra personalidad de fábrica y los conocimientos que hemos ido acumulando. Y con ellos las arrugas, las edades, las dudas y problemas.
José Luis Rodríguez Zapatero se ha dejado el pelo negro, le han crecido las arrugas, se le ha transformado la cara. Pero más o menos, como al resto de españoles.
El poder desgasta, pero no tenerlo desgasta aun más.