Exportar es complejo, exportar productos o ideas, textos o comunicación, formación o productos de consumo. Parece mucho más sencillo desde fuera, más con una globalización que en apariencia nos invade. Pero lo cierto es que las grandes marcas ya han cerrado esa globalización para que sea solo para ellas, dificultando por diversos motivos, el acceso al resto.
Es cierto que el transporte es un problema, como lo es el idioma (cada vez menos) o los costes. Pero algo tan sencillo como que este texto, el de cualqueir blog, se lea en igualdad de oportunidades en Huesca, en Lima o en Nueva York encuentra serias dificultades. Y lo mismo digo en entido inverso.
Se puede hablar de temas locales lo que dificulta su expansión, pero si se habla de asuntos generales, los círculos que envuelven los lugares o las líneas escritas hacen muy complejo que llegue con la misma facilidad a unos sorianos que a unos bonaerenses. San Google tiene aquí mucho que decir y hacer.
Si lograr traspasar la barrera de un texto en castellano hacia todos los países hispanohablantes es complejo, qué no será lograr vender productos, producciones. Pero el futuro está precisamente aquí, en lograr mercados más amplios, para aprender y lograr más incidencia y calidad con tu producto final, amparado en lo que te vaya solicitando el propio mercado amplio.