Jerusalén Negro es el nombre dado a Lalibela, la antigua capital de Abisinia y la ciudad monástica del norte de las montañas de Etiopía. En sus más de 11 iglesias rupestres escondidas en las rocas volcánicas desde el siglo XII se venera a Cristo admitiendo que son la meca de la cristiandad copta y ortodoxa en Etiopía. Son Patrimonio de la Humanidad desde 1978. Hay dudas sobre si en realidad estas iglesias del siglo XII existían desde mucho antes como edificios militares de defensa, que fueron convertidos en templos sagrados en el reinado del Rey Gebre Mesqel Lalibela.
Las iglesias están construidas como en negativo, picando sobre la roca para ir vaciándolas hasta construir en la roca tallada, grandes santuarios de roca vaciada. Cada creyente está obligado a hacer al menos una vez en su vida una peregrinación a este Jerusalén Negro.
Dentro de la roca tallada que forma la iglesia, vemos a una mujer joven, peregrina cristiana y envuelta en su túnica está leyendo la Biblia. En el fondo, se observa un pasillo que comunica con el Gólgota, la iglesia cuyo acceso está negado a las mujeres, que deben permaneces separadas de los hombres, como en la religión islámica.