Leo en una revista: Santera y vidente, especialista en retornos. ¡Sólo digo la vedad! Sincera. Sólo con la magia que hay en ti, podrás cambiar tu destino. Resuelvo amarres, mal de ojo, los resultados te sorprenderás. Mi experiencia con la cartas te pueden ayudar a interpretar tu futuro.
Cada uno de nosotros podemos creer en lo que nos de la gana o en lo que nos pida el corazón. Somos libres y nuestra capacidad para acertar o equivocarnos es muy amplia. Pero debemos ser sinceros con nosotros mismos.
El crecimiento de santeras, brujos, videntes, tarotistas o adivinos está en consonancia con la llegada de nuevas necesidades, pero también con el nulo resultado obtenido. Si de verdad adivinaran los futuros no estarían atendiendo teléfonos a pocos euros la hora, por mucho que a veces parezca más un timo que un servicio.
Adivinar el futuro es saber qué empresa va a triunfar, qué terrenos e van a convertir en urbanos, cuales acciones subirán y cuales bajarán. Quien gestionará una gran empresa o que devenir tendrá la economía de un país. Y no, en asunto importantes por su tamaño no son capaces de acertar. Se les ve deambular por la televisiones mendigando unos segundos de fama, intentando hacer el ridículo con pocas artes y lográndolo a poco que les dejen expresarse.
La buena intención de estos profesionales de la magia puede existir, peo en casi todos los casos lo que tienen son ganas de ganarse unos euros a costa de conocer bastante bien la psicología básica de las personas y de interpretar su presente —no su futuro— y con este presente que intuyen construir un futuro posible. Tú eres libre para elegir, pero intenta no equivocarte con las falsas esperanzas futuristas de quien no sabe más que tu de tu propia vida.