Esta semana ha llegado a mis manos un folleto de publicidad de unos grandes almacenes de alimentación de España, con ofertas del año 1993 y con sus precios en pesetas. Era un buen momento para revisar cómo se han comportado los precios de alimentación en estos 18 años últimos y si en realidad el IPC que se nos trasmite es el correcto, sabiendo que se toman en consideración muchos más factores que los productos de alimentación. Y sobre todo si con el cambio de pesetas a euros se han mantenido los precios de alimentación, sabiendo que en muchos otros consumos, el exceso ha sido abusivo.
Desde julio de 1993 a octubre de 2011 el IPC ha subido un 71,4% según el INE que nos permite sacar sus datos con suma facilidad. Veamos ahora los precios.
Un kilo de pera que costaba 79 pesetas, debería costar ahora 0,81 euros
Un kilo de mejillón que costaba 100 pesetas, debería costar ahora 1,03 euros
Un kilo de naranjas que costaba 50 pesetas, debería costar ahora 0,52 euros
Un kilo de trucha que costaba 263 pesetas, debería costar ahora 2,7 euros
Un kilo de pechuga pollo que costaba 680 pesetas, debería costar ahora 7 euros
Un kilo de queso normal que costaba 695 pesetas, debería costar ahora 7,16 euros
Un litro de aceite Koipesol que costaba 100 pesetas, debería costar ahora 1,03 euros
Una lata de KAS que costaba 33 pesetas, debería costar ahora 0,34 euros
Un sobre sopa Gallina Blanca que costaba 66 pesetas, debería costar ahora 0,68 euros
Un litro de leche Celta que costaba 67 pesetas, debería costar ahora 0,69 euros
Un frasco de cristal de judías blancas que costaba 66 pesetas, debería costar ahora 0,68 euros
Una botella de 1,5 litros de refresco Schweppes que costaba 100 pesetas, debería costar ahora 1,03 euros
Un kilo de chorizo de marca que costaba 699 pesetas, debería costar ahora 7,20 euros
Una docena de huevos 60/65 g. que costaba 119 pesetas, debería costar ahora 1,23 euros
A partir de estos datos, que cada uno saque sus conclusiones, sobre si los precios de los productos de alimentación se han mantenido según el IPC y el cambio de pesetas a euros o su por el contrario se han escapado del control.