La economía en Chile está atravesando un momento aceptable, sobre todo comparado con Europa, pero el sistema educativo de Chile fomenta las desigualdades sociales y presenta problemas estructurales que permite incluso la exclusión social, según asegura un estudio difundido el lunes por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco).
La educación chilena busca la privatización, segmentar a los alumnos con arreglo a la sociedad de donde vienen, excluyendo y discriminando a los que menos recursos disponen, algo impropio en un país moderno y sin duda en un momento económico aceptable, según afirma Vernor Muñoz, autor del informe titulado “El derecho a la educación: una mirada comparativa. Argentina, Uruguay, Chile y Finlandia”. Si se convierte la educación de un sociedad en asuntos mercantiles y con control de los mercados, estaremos creando una mala sociedad para el futuro de los países.
Vernor Muñoz, ex relator especial de la ONU sobre el derecho a la educación (2004-2010) y miembro del Consejo Deliberativo del Fondo Regional de la Sociedad Civil para la Educación, se reunió con estudiantes secundarios, apoderados, grupos civiles y profesores chilenos para conocer sus perspectivas sobre las movilizaciones estudiantiles que han tenido lugar en el país a lo largo de este año 2011; también se entrevistó con autoridades del Gobierno chileno, incluido el ministro de Educación, Felipe Bulnes, la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, senadores y funcionarios del sistema de Naciones Unidas en Chile.
En Chile, señala Vernor Muñoz en el citado documento, “la gestión educativa sale de las manos del Estado, por lo que en realidad se está en presencia de una delegación impropia de las obligaciones establecidas en el derecho internacional de los derechos humanos”, añadiendo que… “el portentoso mecanismo de subvenciones, indicativo de la existencia de un sistema escolar complicado en su institucionalidad y en su funcionamiento, que pareciera obedecer a tutelar, preferentemente, la libertad de enseñanza antes que a garantizar el derecho a la educación”, criticando también el sistema de selección en los colegios. “No hay duda de que las pruebas de admisión establecen criterios y efectos de diferenciación, que en la práctica conducen a la selectividad y probablemente a la estigmatización”. En cuanto a las becas y subvenciones, el ex relator de la ONU señaló que el sistema chileno “protege y beneficia a la iniciativa privada, excluyendo el concepto de educación como un bien público”. Es por ello, que las controversias relativas a este sistema, “giran en torno a consideraciones económicas, apartándose del significado y propósito del derecho a la educación”, añadió.