Este óleo de José Gutiérrez Solana pintado en 1943 y titulado “Cabezas y caretas” siempre me ha provocado admiración en mis visitas al Museo Reina Sofía. No sabría bien explicarlo, es un cuadro que produce dolor, miedo, temor incluso en sus colores algo apagados y tenebrosos. Refleja una España rural seria y pesimista, un país de postguerra lúgubre y doloroso. Pero tal vez ese dolor se ve en sus cuadros, se traslada al espectador sin decirle claramente en qué momento está pintado aquello. Es miseria, es hambre, es sociología en unos años de censura. Es la España rural reflejada en un oleo que intenta despertar poco a poco, a través de su emigración en busca de otros colores, de otras visiones.