Hoy el BCE ha puesto a los pies de los bancos europeos 500.000 millones de euros para resolver unos problemillas de nada. Que no es que no esté bien la medida, pero como vengo de unos días duros por Madrid en donde el números de indigentes sin hogar, de personas durmiendo en las aceras, de pobres de pedir, han experimentado un preocupante aumento, uno piensa, imbécil que es uno, que cuántos euros de esos 500.000 millones irán a parar a las manos de estas pobres personas.
O lo que es peor, cuantos de estos 500.000 millones de euros al 1% de interés irán para pagar grandes comilonas, beneficios escondidos o hipotecas que terminarán en desahucio. Creo que jugamos con el dinero empleando dos varas terribles de medir. Los millones de euros no tienen nada que ver con los 10 euros, con los 50 céntimos de una sencilla barra de pan. Los millones son terribles problemas de Estado. Los céntimos son necesidades de los que todavía no han aprendido a pasar de aire.
A los millones hay que buscarles soluciones. A los céntimos intentar que no molesten. Un día de estos explotamos y empezamos a oler muy mal, es cuestión de tiempo.