¿Quieres controlar y dominar a los demás?, ¿quieres dominar a tu pareja, que sea dependiente de ti?, pues te voy a dar unos consejos, pero cuidado. Dominar puede suponer que los otros se rebelen e intenten dominarte, puede suponer que tras estas prácticas erróneas surjan la dependencia y la pelea, el divorcio y la desafección. La ruptura.
Puede chillar y gritar, levantar la voz más que tu interlocutor. Puedes amenazar con irte, con divorciarte. Puedes conseguir que el otro tenga sentimientos de culpa, que no te entienda, que no te comprenda. Puedes emplear la ira y lanzar palabras violentas o incluso objetos contra el interlocutor. Puedes golpear cosas. Puedes incluso enfermar de verdad para dar lástima de forma psicosomática, con síntomas reales que sin querer enmascaran la realidad. Puedes no hablar más, esconderte en el silencio, callarte y no opinar. Puedes llorar muchas veces al día, con razón o sin ella, pero llorar para dar lástima. Puedes abandonar a tu cónyuge sin motivo real y serio. Puedes acusarle de que no te quiere, de que no lo quieres ya, para que se pliegue a tus deseos. Puedes incluso amenazar con el suicidio, con la falta, con el dolor máximo.
Emplees lo que hablamos arriba, estarás manipulando a tu pareja, estarás jugando en el límite de la ruptura. ¿Es eso lo que buscas? Recuerda que te tratarán casi igual a como tú trates a los demás, a tu pareja, a tus compañeros de vida.