La crisis económica vuelve a castigar el pensamiento económico de los que creían haber encarrilado la situación cuando la economía parecía caer en V que luego se creía W, vemos que comienza a ser una U y para algún fatídico economista,una recesión en forma de L sin saber si tras la L vendrá en algún momento la I.
El VII Encuentro Ebérico de Pensamiento Económico, que reúne a las más insignias mentes de la nombrada área económica cada dos años (esta vez tocaba Zaragoza, para mi suerte) se centra en la recuperación del pensamiento antiguo, tanto escolástico como práctico como académicamente más moderno, para entablar relaciones entre lo que se quería decir, lo que se dijo, lo que podemos interpretar y lo que nos puede ayudar.
Particularmente, soy un neófito del tema que va a estos encuentros por puro divertimento, me pierdo fácilmente cuando los sabios empiezan a discutir de temas tan intrincados y específicos, sobre todo sí, como es el caso, un tercera parte es italiana, y otra portuguesa.
Ayer también pude ver (aunque en la distancia de una pantalla de ordenador, pues no dejaron ir a verlo en directo), un debate que se centraba inclusive en las profundidades de los cimientos que han soportado la construcción y el crecimiento del euro, una moneda con una complejidad derivada de una heterogeneidad entre los países que lo soportan demasiado grande como para que no se notara. Desde las praxis más ortodoxas, ajustes, hasta la más apocalípticas (esto no tiene solución), el mensaje era claro: No está nada claro.
Pero mientras Europa se decide de una vez por todas a hacer algo y no solo juntarse en reuniones de las que solo salen citas para los titulares de periódico (en breve tenemos otra), los datos van cercenando las pocas ganas que pudiera tener alguien de sonreírle al futuro.
El paro vuelve a aumentar en noviembre de 2011. ¿Novedad? No. Pero hay dos factores que me preocupan. El primero, que lo veamos normal. Sí, normal. Por que después de tres años nos hemos acostumbrado a que el paro siga subiendo. Y sabiendo que el estancamiento o el tímido crecimiento que puede venir en 2013 (el anterior me lo salto) no va a poder hacer que esto remonte rápidamente. Los analistas y economistas que han ido hablando esta semana lo han dejado claro. Se deben hacer reformas, pero estas, por si solas, no van a traer más empleo.
La segunda preocupación es la velocidad a la que se está destruyendo el empleo. Ya no es solo que no decrezca el empleo, sino, como llevo un par de meses advirtiendo, cada vez se destruye a mayor ritmo, desde una base que es ya muy pobre. Por propia inercia, con un paro del 22-23%, esto tendría que detenerse. Pero los datos nos dan la espalda una vez más pues, en términos interanuales, en agosto creció un 4%, en septiembre un 5,2%, en octubre un 6,7% y ahora en noviembre un 7,5%. Esto, simplemente, no puede ser.
Los segundos datos, los del markit, los índices PMI de producción manufacturera, reflejan este estancamiento a la perfección. En Francia baja a un 47.3. En Alemania a un 47.9. Reino Unido 47.6. En España 43.8. Y en la Eurozona un 46.4. (Por debajo de 50 implica decrecimiento). Que no dicen nada más que lo que ya sabemos, esta nueva recesión está afectando a todos, no es solo un alargamiento del estancamiento sino una nueva caída y las previsiones no son muy halagüeñas.
Y mientras Grecia o Italia ya pueden hacer las medidas que sus nuevos políticos, impuestos, vayan a decidir, España, que decidió hace ya casi dos semanas a quien quería democráticamente, debe seguir esperando a… bueno a nada. Pero es que cambiar las normas es tan complicado… Creo que no hay mejor muestra de problema que tiene España de gestión, productividad, eficiencia, costes de burocracia… que el que un nuevo gobierno en unas condiciones extremas, deba esperar un mes en poder llegar hasta donde debe estar. Mientras deja jugar a los sindicatos con la patronal para que el pública se vaya divirtiendo y no abandone la función antes de tiempo.