Hoy Mario Monti, el Presidente de Italia, ha declarado algo que ha sentado muy mal en su país, sobre todo a los jóvenes desempleados que sin llegar a los números de España, sufren también el paro como una lacra para su futuro.
Pero las declaraciones de Monti no son escandalosas y encierran una gran verdad mal explicada, que los jóvenes desconocen y que tendrán que asumir en su futuro como positiva y no como negativa. Y lo digo desde posiciones progresistas y sabiendo de antemano que voy a recibir patadas en los riñones sin control. Lo siento así.
Monti ha dicho que: "los jóvenes se tienen que acostumbrar a la idea de no tener un puesto de trabajo fijo para toda la vida", "trabajar siempre en el mismo puesto de trabajo es monótono". Hay que matizarlas y seguro, explicarlas bien para entender su parte positiva, que la tiene. Me hijo ya me ha dado un par de ellas.
Es complejo explicar las ventajas de tener un cambio de puesto de trabajo cuando es tan difícil conseguir uno tan siquiera, que sirva para mal vivir. Pero la mejor manera de progresar en busca de la excelencia laboral, es saber crecer, formarse y exigir, buscar constantemente trabajo y saber cambiar de empresa e incluso de actividad si es necesario, en busca siempre de una mejor posición laboral. Anclarse en una sola empresa es convertir en síndrome de mal funcionario, la actividad laboral que debe aprender a regirse por varemos de búsqueda de beneficio personal.
Si somos capaces de asumir que lo que nos pertenece no es un puesto de trabajo, sino una profesión y una profesionalidad; que lo que debemos cuidar es nuestra marca personal y nuestro prestigio como persona; y con todo ello saber defender nuestra posición laboral, sin importarnos mucho en qué empresa estemos colaborando; sabremos la importancia que tiene cuidar nuestra carrera profesional y laboral y saber exigir a cambio, un sueldo justo y acorde con nuestra calidad.
A muchos malos empresarios les ha gustado siempre tener a trabajadores fijos y adosados a la empresa, como manera de tenerlos fijos en el contexto negativo de la palabra. Fijos y esclavos de “su” empresa. Son, eran, posesivos.
Ahora a muchos empresarios les apetece más disponer de mucha movilidad laboral y los trabajadores son los que deben aprender —debemos aprender– a defenderse mejor, haciendo valer nuestra profesionalidad y elegir empresa constantemente. Sé que esto ahora suena a brutal, a asqueroso incluso, pero debe ser nuestra meta, pues los tiempos cambiaran, seguro que cambiarán, sobre todo si nosotros queremos que cambien.