Los blog son pinceladas de una obra que puede resultar inconexa, sin sentido, incluso incoherente si no articulamos antes de qué queremos hablar, sobre qué temas se van a mover nuestras entradas. Un blog debería ser como un gran libro que se va formando poco a poco a costa de entradas periódicos que van dando forma a una obra que crece y se enriquece, sin desviarse de un objetivo marcado.
Es cierto que un blog también puede ser un simple contenedor de ideas, de matices distintos, de pinceladas sin un excesivo sentido si se ven de cerca, pero al final como en toda obra de arte aunque sea abstracta, el conjunto debería tener una idea en su conjunto, que le llevar a una idea global, que sirva para “decir algo”.
Los blog personales, con relatos privados del cada día, han perdido gran sentido con el auge de las redes sociales que parecen lugares más lógicos para este tipo de desnudos, de presentaciones, de contenedor de ideas, muchas veces cortas y muy personales. Un blog no tiene que ser un lugar serio, y hay ejemplos muy buenos del cambio que poco a poco se produce en el mundo de los blog. Pueden y deben ser variados y sobre todo lugares en los que se aportan contenidos, que sirven para enriquecer el conjunto. No deberían ser tampoco un lugar para pegar lo que se copia desde otras ventanas, aunque sin duda todos dependemos de lo que vamos absorbiendo desde los distintos lugares por los que nos movemos. Pero se debe articular la noticia para darle una visión personal, rellenar con nuestra opinión propia o nuestros comentarios, ampliar con la suma de diferentes untos de vista.
Y sobre todo un blog debería ser un lugar para compartir conocimientos, para entregar a los demás lo que pensamos que sirve para algo y que como ejemplo se debería entregar para complementar puntos de vista. La gran ventaja de la red actual es que todos nos podemos enriquecer con las informaciones amplias que nos pueden ofrecer personas que sin ser primeras firmas, si tiene una experiencia determinada que desean compartir. Es labor nuestra poner en valor cada opinión que recibimos, cada información que leemos.