Estamos en periodos convulsos para los fumadores, a sus prohibiciones se les une un constante aumento del precio del tabaco para casi obligarles a que dejen de consumir lo que está considerado como una droga blanda. Cuesta, sin duda.
Merece la pena no ser un fumador convulsivo, es cierto. Pero tampoco es cuestión —creo— de convertir en enemigos a todos los fumadores. El placer de un poco de tabaco cuando te apetece es un gran regalo, lo malo es lo complicado que resulta fumar solo un poco.
Merece la pena no ser un fumador convulsivo, es cierto. Pero tampoco es cuestión —creo— de convertir en enemigos a todos los fumadores. El placer de un poco de tabaco cuando te apetece es un gran regalo, lo malo es lo complicado que resulta fumar solo un poco.
Os dejo un anuncio de tabaco “Ideales” muy consumido en los años 60 y 70 en España, en algunos casos como segundo tabaco pues era algo más cara que los tabacos de picadura más consumidos cuando las economías era todavía mucho peor que las actuales.
Eran cigarrillos de papel de trigo con una caja que todavía tenemos en la memoria las personas que ya no cumpliremos esos 50 tacos que nos marcan una estación de salida. La tipografía de su marca y el color de la cajetilla de 18 cigarrillos eran únicos.
En aquellos años se consumía mucho tabaco de picadura que se tenían que lian los fumadores, y que llevaban en una petaca en los bolsillos, pues los envoltorios del tabaco eran de papel y muy gruesos de tamaño.
Eran cigarrillos de papel de trigo con una caja que todavía tenemos en la memoria las personas que ya no cumpliremos esos 50 tacos que nos marcan una estación de salida. La tipografía de su marca y el color de la cajetilla de 18 cigarrillos eran únicos.
En aquellos años se consumía mucho tabaco de picadura que se tenían que lian los fumadores, y que llevaban en una petaca en los bolsillos, pues los envoltorios del tabaco eran de papel y muy gruesos de tamaño.
En recuerdo a mi padre.