Hace 100 años se publicaba durante unos meses este anuncio de “Polvos Coza” un presunto invento inglés que garantizaba que los alcohólicos dejaran de beber. Para ello se valían de la familia, que de manera secreta añadían una cucharadita de este famoso polvo presuntamente medicinal a la sopa, al café o a las bebidas del presunto enfermo, que en cuando bebía alcohol sentía nauseas y vómitos, diarreas, calambres o fueres dolores de cabeza. Era un castigo familiar que infligían al débil que tenia que dejar de beber empujado por las torturas de los Polvos Coza. ¡Jope como se las usaban por aquellos años! Eso si, llamaban intemperante a la persona que bebía de más a la vez de insistir en que era un embriagador. Adjetivos todos ellos que hoy suenan curioso en nuestra particular manera de entender la publicidad y sus mensajes. Tanto texto no tendría hoy sentido publicitario.