Cuando preguntamos qué son los “activos tóxicos” debemos conocer que son aquellas posesiones casi siempre inmobiliarias, que están dentro de las contabilidades de los bancos a un precio totalmente irreal. Pueden incluso servir, mientras no se venden, para dar beneficios que se reparten entre los socios, pero una vez que se venden, crear pérdidas al tener que apuntarse en su contabilidad al precio de venta, bastante inferior al apuntado en su contabilidad.
Os voy a enseñar un ejemplo.
Este apartamento de 3 dormitorios en Cambrils (Tarragona) tiene un precio de venta de 855.000 euros, nos queremos creer que ya incluido el IVA. Tiene tres dormitorios y dos plazas de garaje y eso si, un hermosa terraza. Pero tiene puntos negativos. Es una segunda altura, está a más de un kilómetro del centro de Cambrils, enfrente del mar y la playa pero en la peor zona de playa de Cambrils pues es donde acuden las algas a quedarse y en una zona con muy pocos comercios y servicios aunque sea primera línea de playa. El precio es descomunal e ilógico.
Quien tengo esa cantidad de dinero para poder pagar un apartamento sabría muy bien elegir y suelen buscar o pisos en zonas muy céntricas donde hay vida todo el año o buscan chalet con jardines personalizados y muchas más intimidad que un edificio de apartamentos. ¿Qué uso se le puede dar a un apartamento de playa, como segunda vivienda casi seguro, para rentabilizar esos 855.000 euros? ¿es posible comprar algo así con financiación ajena? ¿qué gastos de comunidad tiene ese tipo de apartamento?
No sé quien es el propietario; no sé si es una empresa inmobiliaria, un banco o un particular. No sé si existen deseos reales de vender el apartamento o simplemente de ver si cae algún ruso con ganas de enamorarse sin mirar más. Pero la publicidad de este apartamento es cuando menos curiosa. Incluso han tachado la primera idea de venderlo amueblado. No es necesario, pues quien está dispuesto a gastarse tanto, desea tener los muebles a su gusto y color.
Pero si el propietario es un banco o una empresa, lo tendrá apuntado en sus contabilidades al precio que se solicita. Como es imposible que se venda a ese precio, cuando al final se consiga vender producirá pérdidas en la contabilidad de esa empresa, y por so le ponemos el apellido de activo “tóxico”.