Crear un
puesto de trabajo puede costar (sueldo de 1.000 euros netos) unos 20.000 euros
al año. Efectivamente, es muy poco y algunos me dirán que no me lo puedo creer
ni yo mismo. Bueno, aclaremos. No se trata de crear un puesto de ingeniero
nuclear o de investigador médico. Un simple puesto de ayuda municipal a
domicilio, de bibliotecario, de profesor de preescolar o de jardinero.
Crear 100
puestos públicos de ayuda asistencial o de servicios costaría dos millones de
euros al año. ¡Jope!
Pero celebrar
un gran evento de motociclismo cuesta unos siete millones en un fin de semana.
Crear 100
puestos de trabajo público supone crear por estadística otros 5 puesto de
trabajo privados, de forma indirecta. Aproximadamente el 35% del coste público
de este puesto de trabajo revierte al Estado en forma de impuestos directos.
Pero además del 65% restante quien lo cobra como consume revierte
aproximadamente un 10% más que antes de tener un puesto de trabajo. Pero lo más
importante es que mueve la economía productiva, mueve el dinero pues no lo
ahorra sino que se lo gasta. Algo parecido, efectivamente, que lo que hacen los
que cobran los siete millones por las pruebas de motos del fin de semana.
Pero si
tenemos que elegir entre organizar como sociedad y ayuda pública un fin de
semana de motos, unas fiestas de barrios, unas vaquillas en el pueblo o crear
puestos de trabajo no imprescindibles pero si necesarios para mover la economía
¿tú qué harías?
Tenemos que
empezar a elegir. ¿Seguimos con las fiestas de los barrios? Un barrio de un
tamaño medio se puede llevar para sus Fiestas menores un presupuesto similar al
de un puesto de trabajo para todo un año. Los hay que las hacen con 10.000
euros y los que se gastan 30.000 euros. ¿Es lógico este gasto con la que está
cayendo? Es decisión también de los políticos, priorizar gasto, elegir qué hacer con lo poco que hay.