Llueve. Otra vez llueve y disfruto con su sonido. En mi ciudad llueve poco y busco su fresco en la cara, su sensación húmeda, su regalo.
El olor a ciudad mojada no es el mismo, pero produce charcos, salpica más, las gotas al romper forman burbujas, no hay barro.
Miro desde mi ventana como cae y me parecen las gotas más lentas hasta que las veo desaparecer, son gordas, gruesas y llenas, son grises o son claras, no lo sé. Son muchas y no cejan de procurar su final.
¿Dónde estaban antes de caer? El cielo es gris, suena a tormenta de verano, huele a día apagado, a tiempo vacío de hacer.
El olor a ciudad mojada no es el mismo, pero produce charcos, salpica más, las gotas al romper forman burbujas, no hay barro.
Miro desde mi ventana como cae y me parecen las gotas más lentas hasta que las veo desaparecer, son gordas, gruesas y llenas, son grises o son claras, no lo sé. Son muchas y no cejan de procurar su final.
¿Dónde estaban antes de caer? El cielo es gris, suena a tormenta de verano, huele a día apagado, a tiempo vacío de hacer.
Me quedo mirando el agua, pues ya se sabe, si llueve no se puede hacer otra cosas que esperar.