Yo no sé tú, pero a mi, que me gusta el fútbol como espectáculo y entretenimiento, que vi todos los partidos de la selección de España de fútbol, que incluso grité y me emocioné (lo justo) con los lances del juego, cree que nos estamos pasando un poco con todo esto.
La Selección española de fútbol NO es España. Creo. España es la suma de muchas otras cosas y el fútbol no es más que un deporte más, con muchos sueldos brutales, que desprecia incluso a decenas de otros deportes, que si no fuera por los medios de comunicación nos ería tan importante y que sin duda, modifica pensamientos y ganas, fuerzas y sensaciones y eso se emplea para inyectarnos alegría y patriotismo, que si bien esto último es bueno pues estamos todos depresivos socialmente, debemos medirlo un poco ¿no?
¿Os imagináis que hubiera sido el Campeonato de Europa de ajedrez, de bailes de salón, de gimnasia rítmica?, hay comparaciones que duelen ¿verdad?, pero soportaremos esto con estoicismo y ganas, y miraremos para otro lado. Ni es malo, ni regular; es bueno todo esto que nos sucede en España ¿pero tan bueno como parece, como nos dicen que es?
Ahora toca calmarse, saber que solo somos buenos si trabajamos en equipo, que el éxito depende de saber trabajar juntos con un líder que empuja y abre camino marcando metas. Aplaudimos mucho a los jóvenes jugadores y valoramos poco la sabia dirección del entrenador que aglutina. Aquí y en muchas cosas de la vida. Necesitamos líderes que no quieran aparentar, que sepan trabajar para formar equipos y gestionarlos desde la sabiduría y el respeto mutuo.