El gobierno no le pertenece al Gobierno, son unos
prestados gestores que intentan o deberían tomar decisiones que resuelven los
problemas y nunca crear otros nuevos para resolver los viejos. Las decisiones
fáciles cuando los problemas son difíciles nunca funcionan, pues ya se habrían
tomado antes de que los problemas se enquistaran.
Nadie duda de que los problemas de España son muy
graves. Como casi nadie tampoco, que recaer en los más débiles las penurias y
recortes es una injusticia por fácil, inútil e insolidaria. Se necesita otra
forma de gestionar.
Sobre todo si sabemos que el consumo es prioritario
para salir de la crisis, consumo responsable y sin endeudamiento añadidos, de
productos internos a ser posible, para no crear desfases en nuestra contabilidad,
cuidando la sociedad, las personas, pues sin ellas será imposible que España
vuelva a ser la España que empezábamos a disfrutar, con ciertos desfases sin
duda, pero en un camino correcto para ser como un país más de la Europa
deseada.
¿Por qué España no puede ser igual que cualquier
otro país de Europa?, Nos hemos equivocado en las formas de sentar las bases de
un país moderno y capaz, sostenible y con capacidad de crecer en el medio plazo
y no en el corto. Pero equivocarnos en las formas no es asumir que nos hayamos
equivocado en los fondos.
España debe tener como meta convertirse en un país
capaz y moderno, pero vamos por el camino equivocado y nos estamos separando de
lo que es deseable para España y sobre todo para los españoles de hoy y de
dentro de 20 años. La gran duda es qué será de la España de mitad de este siglo.
Ya no queda mirar la España de la segunda década de este siglo, debemos ir
pensando más en el futuro, pues nos quedan sin duda, al menos, 5 años muy
complicados.