Las píldoras y el jarabe Blancard se hicieron famosas hace un siglo por atacar las anemias, vendiéndose como un reconstituyente para la sangre. En los anuncios se vendían como afectivas contra la anemia, las escrófulas (problemas linfáticos), la clorosis (falta de hierro), la leucorrea (secreción blanca vaginal), el linfatismo y todo tipo de debilidades.
Era un producto francés, nada barato, que gozó incluso de imitadores que intentaban vender productos similares y de parecidos efectos. Se vendían en farmacias o también en tiendas especializadas de productos farmacéuticos, las actuales parafarmacias. Eran productos de yoduro de hierro que efectivamente servían para las anemias, productos que hoy en día siguen usándose para similares problemas.
Era un producto francés, nada barato, que gozó incluso de imitadores que intentaban vender productos similares y de parecidos efectos. Se vendían en farmacias o también en tiendas especializadas de productos farmacéuticos, las actuales parafarmacias. Eran productos de yoduro de hierro que efectivamente servían para las anemias, productos que hoy en día siguen usándose para similares problemas.