Todos necesitamos ayuda. Si has llegado hasta aquí, buscas leer sobre autoayuda, esos libros o consejos tan denostados, acudimos en busca de apoyo pero sin decirlo en voz alta pues nos da reparo; todos necesitamos ayuda de algún tipo y eso es lógico por nuestra propia naturaleza humana.
Unos lo buscamos, otros disimulan o no admiten que lo necesitan, incluso criticando a los que lo buscamos. Todos necesitamos ayuda de algún tipo, todos debemos aspirar a vivir mejor, algo más felices, a conocer las soluciones a nuestros problemas, a entenderlos y compartirlos, a escuchar a otras personas que los han tenido similares y ya los han resuelto.
En este mundo actual hemos perdido autodefensas básicas, como eran el diálogo con los vecinos, la relación cercana con un grupo amplio de personas, el tiempo libre que dedicábamos a intercambiar aspectos vitales e incluso el diálogo con el cura en las sociedad muy religiosas. Hoy el médico de familia o de cabecera cumple en parte esta función, pues todos necesitamos soltar lastre, hablar de nuestros problemas.
Parece que cuando nos vaciamos, cuando los contamos, encontramos media respuesta, media solución. Y es cierto pues de alguna manera al verbalizarlos y escucharlos en viva voz, estamos viendo aspectos que permanecían algo escondidos dentro de nosotros y eso nos ayuda a encontrar algunas nuevas soluciones.