28 de agosto. Martes. En un agosto marcado por las vacaciones y el punto estático en el que nos encontramos, a punto de firmar un rescate que a luz de los países de nuestro entorno puede hacernos más mal que bien, a punto de que suba el IVA y, junto a él, el sprint final del estado para empujar hacia abajo un déficit que parece no querer hacer caso a sus (ilógicas) teorías, a punto de iniciar el curso escolar y, con él, el curso empresarial, donde el stand by dejará de aplicare y el aumento del paro volverá a resurgir cual ave Fénix, nos volvemos a encontrar con los nuevos datos publicados por el INE sobre la evolución trimestral de nuestra economía. En este pequeño análisis gráfico vamos a dar cuenta de la evolución de las variables más importantes. Recuerden que los datos son, si no se dice lo contrario, tasas de crecimiento interanual. Si quieren ver los gráfico ampliados, simplemente pinchen en ellos.
CONTEXTO INTERNACIONAL
La crisis/recesión/depresión hace mella en nuestro país, así como en nuestro entorno. Reino Unido, Países Bajos, Italia, Portugal y Grecia nos acompañan en esta vuelta de tuerca, este double dip recesivo que ya se pronosticaba por estas mismas fechas hará un año (de una manera más oficial). Japón destaca con un crecimiento del 3,6%, incluso superior al del primer trimestre, y Estados Unidos sigue creciendo (aunque con una evolución que sigue sin despegar del todo).
Los rescates de Portugal y Grecia y las consecuentes caídas en su nivel de producción no parecen ser muy halagüeñas para con nuestro país. El FMI sigue publicando papers teóricos y empíricos donde su máxima conclusión es dar más tiempo para el proceso de ajuste y austeridad mientras los eslóganes públicos junto a la fuerza alemana del Bundesbank parecen creer tanto en que la confianza derivada de este proceso de ajuste dará sus frutos como un niño pequeño en los reyes magos.
A destacar la importante revisión que desde el propio INE se ha realizado sobre el crecimiento de 2010 y 2011. Si en el primero pensábamos que habíamos caído un 0,1%, lo cierto es que lo hicimos en un 0,3%. Y en 2011 crecimos realmente al 0,4% y no al 0,7% como se indicaba hace apenas unos meses. Unas revisiones a la baja que debemos tener en cuenta para coger con pinzas estas mismas que ahora mismo vamos a observar.
También se ha revisado el crecimiento del primer trimestre, que indicaba un decrecimiento del 0,4% y que ahora indica una caída del 0,6%.
Recuerden que lo importante no es el dato numérico, una cifra matemática sin más, si no la tendencia y la evolución que esta nos indica.
EVOLUCIÓN DEL PIB
Echemos primero un vistazo a los datos del PIB.
En las columnas podemos ver la cifra de producción en niveles, a precios constantes. La variación trimestral es de -0,4%, una decima más que el trimestre anterior. La cifra interanual nos informa de que la producción en este segundo trimestre ha sido un 1,3% inferior al mismo trimestre del año anterior. Una caída muy abultada, sobre todo si tenemos en cuenta que se esperaba una caída de solo un 1% (y que a este paso en un par de trimestres se volverá a revisar a la baja).
Vamos a descomponer el nivel agregado en sus diferentes rúbricas, empezando por la economía domestica y externa.
DEMANDA INTERNA Y EXTERNA
Podemos descomponer como ha evolucionado la producción en base a la demanda que ha venido de nuestro interior (demanda domestica o interna) y la que proviene de nuestro exterior:
Lo preocupante es la tónica general de nuestra demanda interna, que sigue cayendo, en este caso en un 3,9%, y nada parece indicar que vaya a parar su descenso. Con el aumento de paro, una renta total en caída y la necesidad de ahorrar para pagar una deuda privada que sigue lastrando el consumo, la demanda de los españoles no puede sino caer, y con ella, la producción total del país.
La demanda externa se ha mantenido en un crecimiento interanual del 2,6%, paralizando el crecimiento al que nos veníamos acostumbrando. Para ver su evolución vamos a desgranarla en las partidas de exportación e importación:
Desde luego, si hubiera que señalar una sola cosa positiva que pudiéramos destacar de la evolución de la economía española, serian las exportaciones. En un contexto recesivo a nivel europeo, nuestras exportaciones (que son las importaciones del resto de países, también con sus procesos de ajuste) reducen su ritmo de crecimiento. Sin embargo, se mantienen aun en un nivel positivo incluso crecen un 3,3%, más que el trimestre anterior. Nuestras importaciones en cambio, si bien siguen una tónica de descensos que, en conjunto, disminuye nuestro déficit exterior (una de las claves necesarias para la recuperación a corto, medio y largo plazo), lo ha hecho en menor nivel que el trimestre anterior, cayendo un 5,4%, 5 decimas menos.
De hecho, este trimestre hemos conseguido un saldo positivo en nuestro mercado exterior. Hemos exportado (en términos nominales, es decir, sin descontar precios), más de lo que hemos importado.
El problema es que no sirve de nada mejorar nuestro saldo externo si, por el camino, destrozamos en mayor grado nuestra economía interna. Veamos
ahora como ha evolucionado esta.
CONSUMO
El consumo sigue en caída libre. Este trimestre el descenso ha sido de un 2,4%, 4 decimas más que el trimestre anterior. Movido por el consumo privado, de los hogares, y el consumo público, en sus perspectivas de que esta austeridad pública consiga reducir un déficit que se resiste a bajar.
Las razones de la caída del consumo privado son conocidas. Una caída del 3,7% en el total de horas trabajadas implica menor empleo. La ocupación cae un 4,6% y la remuneración total de los asalariados cae a un ritmo intermedio, un 3,9%. Menor renta implica menor consumo. Además de la necesidad de los consumidores, como ya hemos indicado, de seguir pagando su propia deuda y mantener y aumentar un ahorro necesario por precaución en tiempos de crisis (donde tu puesto de trabajo peligra mucho más).
Lo que si aumenta es el excedente bruto de explotación , un 3%. Esto se debe a que las empresas también tienen que pagar su propia deuda, para lo cual deben aumentar su ahorro o generación de excedente. Claro que la forma que tienen de conseguirlo es disminuyendo así mismo el nivel de empleo (para reducir el pago de salarios), pero esto lo veremos mucho más detenidamente en unos meses cuando salgan los datos de las balanzas sectoriales.
INVERSIÓN
La inversión total (o formación bruta de capital), presenta una caída del 9,4%. En un entorno recesivo, con una demanda en plena caída libre, sin perspectivas de poder sacar rentabilidad a una inversión que aumente tu nivel de producción, y con unas condiciones financieras que dificultan que incluso los proyectos rentables se acerquen al dinero necesario para comenzar la inversión, la inversión no puede si no caer.
El sector de la construcción, como nos tiene acostumbrados, apunta una caída del 11,8%, mostrando que el sector sigue ajustándose a los niveles más altos. Los precios deben caer a un más, y el stock de viviendas que tenemos es un enorme océano que incluso algunos piensan ahora en destruir. La obra pública también está en mínimos dado el proceso de ajuste del sector público.
Los bienes de equipo, que se suele asociar a la inversión necesaria para la producción futura, cae un 6,9%, un punto porcentual más que el trimestre anterior, denotando la escasa capacidad de nuestro sector productivo de poder volver a sendas de crecimiento, al menos, en el corto plazo.
PRODUCCIÓN POR SECTORES
Una vez descompuesta la evolución de nuestra producción por la vía de la demanda, podemos ver la vía de la oferta, atendiendo a la evolución de los diferentes sectores económicos.
La agricultura evoluciona positivamente, pero su peso en el total es de apenas el 2,7%, por lo que su variación no afecta en gran medida en el total. La industria sigue su tónica recesiva, cayendo un 3,1%, que, junto a la construcción, que cae un 7,1%, mejoran las cifras del trimestre anterior. Si bien la industria manufacturera cae un 4,6%.
El sector servicios mantiene una caída del 0,3%, alejándose de las cifras positivas de los trimestres previos. Pero la evolución es bastante heterogénea. Las actividades profesionales caen un 1,7%, el comercio y la hostelería cae un 1,2%, mientras que las actividad financieras aumentan un 1,9%. La TIC, servicios destinados a la información y comunicación, aumentan tan solo un 0,5%, dejando atrás las cifras tan altas que indicaban este cambio en el paradigma productivo. Peligra su evolución en el siguiente trimestre donde, si siguen a este ritmo, empezarán a caer.
ENTONCES… ¿CÓMO ESTAMOS?
Hemos visto que nuestra producción ha caído un 1,3%, más de lo esperado. Gracias a nuestro mercado externo, que ha conseguido alcanzar cifras positivas en el saldo exterior, esta caída no ha sido mayor, porque la economía interna sigue desplomándose.
Los consumidores no pueden consumir más, los inversores no ven rentable invertir en un temporal claramente recesivo y las administraciones públicas siguen su proceso de ajuste, disminuyendo su participación en el impulso productivo del país.Y aun así, este segundo trimestre se presentaba como uno de cierta calma. La austeridad pública todavía no ha dado la puntilla final, y el rescate, con las consecuentes nuevas medidas, pueden dar un tortazo bastante amplio a nuestra ya maltrecha economía.
A la luz de estos datos, la recuperación económica y del empleo, no solo se antoja lejana, sino cruda y lenta. Y lo único que parece que podemos hacer es seguir rezando para que nuestro mercado externo se sigua comportando tan bien como hasta ahora, lo cual, si me permiten, es difícil.Espero que les haya sido útil e informativo este pequeño análisis express.
En un par de meses volveremos a ver la evolución de este segundo trimestre a la luz de las decisiones de consumo, ahorro e inversión de los diferentes sectores institucionales, y podremos cerrar la mitad de año con este mal sabor de boca que nos da el saber de antemano que las cosas pueden, y van a, ir a peor.Muchas gracias por su tiempo.
PD: Me gustaría señalar que hay serias dudas (cada vez más serias) de la adulteración estadística de estas cifras. Por ejemplo, al utilizar un deflactor del PIB (para ver la evolución en términos reales) de 0,3%, siendo que la inflación es del 2%. Al introducir en los datos una menor desviación via precios, estas aumentando el valor del crecimiento (o disminuyendo el decrecimiento). En resumen, la realidad es que la caída podría ser mucho mayor.