Las buenas tiendas se anunciaban hace unos años en las revistas especializadas. Ahora solo las grandes marcas acceden a los anuncios, globalizando también la publicidad. No es posible ver simplemente tiendas de ciudad, de barrio, anunciadas en las publicaciones locales tan siquiera.
Este anuncio de una carnicería de Madrid, de hace casi 100 años, anunciaba cebones de Asturias y terneras finas de Castilla. Pero sobre todo resulta curioso el nombre de la carnicería. Eran los hijos de Santiago Gallo “El Lechuga”. Tiempos de motes por los que se conocían a las personas. Para que luego digan que la marca personal es un invento americano de este nuevo siglo, propiciada por internet.