Las sociedades, los pueblos, nacen, se asientan y crecen, entran en crisis y pueden llegar a desaparecer, dependiendo de varios factores. La presión ambiental culpable o inevitable, la relación buena o mala con sus vecinos, los ciclos mejor o peor comprendidos, las guerras o los desastres naturales, pero también la incapacidad para saber dar respuesta a los problemas que nos atacan.
Todos a lo largo de nuestro camino vital, tendremos problemas graves, algunos de ellos nos pondrán en la tesitura de saber seguir o hundirnos. Dependerá solo de nosotros que sepamos izar la cabeza y respirar desde una mala situación. O por el contrario que nos ahoguemos en nuestras quejas.
Depende solo de nosotros que sepamos defendernos bien. Que logremos salir de las crisis con fuerza suficiente como para seguir el camino.
El Imperio Romano cayó tras siglos de tener como vecinos a los pueblos Bárbaros con distintos nombres, no tanto cuando estos fueron más fuertes, sino cuando los romanos no fueron capaces de defender su imperio, su sociedad. Los enemigos son siempre parecidos, los que cambiamos hacia la debilidad somos nosotros.
Si España sale débil de esta situación actual será por su culpabilidad, por la responsabilidad de su sociedad, por mi que no sé encontrar soluciones. Y sí, por ti también. A veces el éxito de una sociedad depende de un solo líder, de una persona que es capaz de liderar una sociedad. Pero en nuestro sistema social a los líderes los elegimos nosotros, acertando o equivocándonos.