Las imágenes
de la policía disparando en Sudáfrica contra los mineros me llevó a la película
“Diamantes de sangre” de Leonardo DiCaprio, dirigida por Edward Zwick. El ser
humanos es una animal imbécil, de los pocos animales que se agrupan para matar
sin que sea para comer y sin mirar a los ojos de sus víctimas.
Es cierto que
el miedo no tiene medida, que el ser humano ha ido aprendiendo con los años y
los oficios que matar es sencillo y barato. Fácil e incluso entretenido pues
levanta la moral y la sensación de utilidad. Es así como se les enseña en
algunos lugares a cumplir con su oficio.
Da igual si fueron
30 ó 50 los muertos, 100 ó 200 los heridos. Las imágenes son terribles. ¿Qué
puñetas hacían allí los periodistas con lo que molestan para la verdad?, se
preguntan ahora los policías. Lo primero que han hecho, seguro, es prohibir que
en estos casos vayan periodistas con cámaras, que luego resulta muy complicado
dar explicaciones.
Ahora se dirá
que los mineros son muy violentos, que la culpa es de los sindicatos, que iban
armados con machetes o incluso armas de fuego, que la policía intentó el
diálogo, que…, jodo petaca. Como en las peores películas de miedo. Me imagino
que este vídeo se dará en las clases de la policía para demostrar no se sabe
qué. Si los movimientos de los muertos antes de caer, la dirección del viento y
como el miedo asusta a los que llevan chalecos antibalas a muchos metros de
distancia y que no saben disparar al aire ni apuntando a las piernas, sino con
automáticas de verdad. En Sudáfrica no conocen ni las balas de goma, ni los
gases lacrimógenos, ni los de humo, ni los de agua, ni emplear vehículos para
dispersar en vez de infantería de pie y en posición de “disparen”. Lo dicho,
material digno para las Academias de la Policía en películas de matones. O no.