Esta semana vino mi hermano de Düsseldorf en Alemania. Ha
estado siete días por motivos laborales. Su múltiples viajes, varios cada año,
sirven de ligero termómetro para señalar algunos apuntes.
La actividad económica ha flojeado bastante en los dos
últimos años, más en los últimos 6 meses en donde se observa una caída de actividad notable. Se ve menos gente en tiendas, en
bares, en el aeropuerto, en las calles por las tardes. Casi nadie cierra acuerdos de negocio, son todo más buenas
palabras en busca de expectativas futuras.
Siguen las tiendas cerrando a las 19 horas, tras el gran
cambio que supuso hace una década de que ampliaran sus horarios. A nosotros se
nos obliga abrir hasta las 12 de la noche pero ellos cierran a las 19. Y quedan
la calles vacías.
Ha bajado mucho la calidad en las personas que trabajan en
empresas de servicios, se nota la entrada de trabajadores sin mucha preparación
para atender a personas. Tiendas, cafeterías, restaurantes, atención al
público. Se nota o bien los mini Jobs o bien la entrada de trabajadores inmigrantes que
juegan a ganar menos que los que ya había trabajando con sueldos alemanes.