La publicidad debe ser curiosa, atrevida, extraña, provocativa, original. Y por ello no sabríamos decir si la mexicana María José Cristerna —más conocida como la mujer vampiro, récord Guinness por ser la mujer con más cambios en su cuerpo— es ella misma una obra de arte publicitaria o en cambio son sus tatuadores los que deben figurar como artistas consagrados, aunque el resultado final del anuncio quede para las grandes dudas.
Si rascamos vemos que María José es la dueña de la empresa “Adiccion Corporal Tattoo & Piercing”, es decir que ella se ha convertido en el mejor reclamo publicitario de su propia empresa. Emplea su cuerpo como el lienzo perfecto para probar, demostrar y convencer.
Es abogada, madre de cuatro hijos, lleva varios cuernos de titanio en la frente, el 98% de su cuerpo está tatuado y se implantó dos colmillos para parecer una vampiro. Es una publicidad llevada el límite. Podemos ver el lienzo sin trabajar y el lienzo (casi) terminado.