Si hay que
defender los Premios Príncipe de Asturias, yo el primero, pero a veces los
errores presuntos, se merecen algunas opiniones contrarias.
Premiar a dos
personas deportistas por simbolizar la amistad y el compañerismo más allá de
sus respectivos equipos, es poco. Simplemente creo que es muy poco.
Se sobreentiende
que los deportistas deben simbolizar la amistad y el compañerismo pues va en el
fondo del deporte. Es lo básico. Todo lo que no sea compañerismo entre rivales,
es batalla, es lucha violenta, es pelea sin reglas.
Pero además
señalar que tiene más valor por ser compañeros pero de equipos (muy) rivales es
de un simbolismo excesivo e ilógico. ¿Por qué no se le ha dado este mismo
premio a cualquier pareja de amigos sénior que en equipos diferentes de
cualquier deporte, siguen siendo amigos y compañeros?
Ya, por que
no son famosos. Por que no son del Real Madrid y del Barcelona. Si es por eso,
que avisen. Buscan la fama en el premio. Mal vamos.
Hace dos años
se lo dieron al equipo nacional de fútbol y en ese equipo y recibiendo el
premio estaban los hoy premiados por segunda vez pero ahora de forma
individual. ¿No es excesivo fútbol para
premiar los deportes?
Pero si
comparamos luego con el otro finalista, la Federación de Deportes Paralímpicos
de España, el dolor se vuelve más crudo. Y que se indique que se ofreció el
premio a los triunfadores de los Juegos Olímpicos de Londres, Michael Phelps y
Usain Bolt y ambos declinaron acudir a recogerlo, por lo que al final se
concedió a Casillas y Xavi, es de restar valor al premio inmerecidamente para
todos.
Yo me lo
haría mirar, más que nada por el prestigio de los premios Príncipe de Asturias
y por el deporte en general.