Estamos
peleándonos en España por ver quien la tiene más gruesa, si Madrid con su “Eurovegas” o Barcelona con su “Barcelona
World”, y lo curioso es que nadie se atreve a decir quien es peor magnate (que
no mangante aunque se parezcan las palabras) entre Adelson y Bañuelos.
Cuando en
Zaragoza nos vinieron los de Gran Scala a ofrecernos el oro y el moro, creo que
fui el único (tonto) de mi partido que expuse la necesidad de conocer el
proyecto y saber qué había dentro. Efectivamente me equivoqué pues todos sabían
de antemano que aquello era un tufo. Tuve varias reuniones con diversas gentes
que conocían más que yo el asunto de los casinos, la prostitución de lujo, el
vicio exquisito, la leyes realizadas al tamaño del “jefe”, los pocos impuestos
que se logran revertir, lo maravilloso que es vivir bien para los que tiene
mucho a costa del trabajo esclavista de los que tienen poco.
Al final Gran
Scala me quitó la poca razón que creía tener, y se quedó en agua de borrajas,
que es como llamamos en Aragón a lo que no tiene sustancia ni sentido.
Con esto de
Madrid y Barcelona pasará tres pares de lo mismo, pero posiblemente algo menos
de decepcionante que con Gran Scala. Al final se hará (no sabemos qué ni de qué
tamaño) algo en Madrid que sirva para modificar leyes a costa de una inversión
mucho menor de la expuesta ahora. En Barcelona también se hará algo pero en el
año 2065. Hay tiempo.
Personalmente
me importa un pito que los ricos riquísimos se gasten la pasta gansa en casinos
o putas finas. En serio. Pero sé que siempre detrás de esto hay familias
enteras que sufren muchísimos, tontos de baba que sin ser ricos se lo creen y
caen en la trampa del juego y el vicio guapo. Sé que hay violencias escondidas,
trampas (y no en el juego) que impiden que aquello sea limpio para el
territorio que soporta lo escondido.
Se pedirá que
los impuestos a pagar sean bajísimos con cambio de leyes como se han hecho en
todos los lugares donde existen estos garitos muy guapos. Se solicitará cambio
de normas laborales al gusto del “jefe” con arreglo a trampas diseñadas que
ninguna otra empresa industrial tiene. Pero lo más preocupante es que si España
aspira a este modelo de crecimiento (o de mantenimiento económico) a costa de
cercenar (o recortar) la educación o la cultura, nos estamos convirtiendo en la
Cuba de Batista o en la Cuba de ahora. Vamos a cambiar las prostitutas de
mercadillo y carretera por las putitas finas y bien operadas, que huelen a
Chanel 5. A cambio les tendremos que abrir un par de autovías, una nueva
terminal en el aeropuerto y prohibir que la policía vaya por estas lindes,
excepto para recoger a cadáveres o borrachos impertinentes.