Las
situaciones avanzan ellas solas, según cada parte va colocando piedras sobre
las ruedas de los demás. Ya no nos queda duda a nadie de que el proceso
autonómico en España está muy herido, no cerrado pero con enormes ganas de ser
derribado por parte de los muchos que desean volver a los centralismos de
pasadas épocas. Todos los días leemos artículos, opiniones, noticias, que
inciden directamente en este asunto o en cambio lo hacen con la letra pequeña y
escondida de crear opinión lenta pero inexorablemente a favor de la devolución
de competencias a Madrid.
Y como muchos
de estos que añoran la vuelta al centralismo saben que es imposible si no es
con violencia, ya apuntan a buscar alternativas que rompan el “café para todos”
que no ha funcionado, cambiándolo por un “café para unos pocos”.
Solo se salva
hoy Cataluña, Galicia y el País Vasco de esta vuelta al centralismo, según se
apresuran a señalar los nacionalistas que añoran recuperar a Madrid como señal
de ordeno y mando.
Asumirlo por
parte de los que nos quedamos fuera en estas primeras divisiones bastardas de
lo que algunos quieren que sea la nueva España, es el primer paso para
evitarlo.
Si Aragón
debe estar en otra propia posición, por su cultura, su historia o su sociedad,
depende de sus habitantes. Depende de que asuma que el futuro puede ser el que
ya anuncian los voceros del centralismo, y del que nos tenemos que posicionar
más pronto que tarde.
Se habla de
federalismo, pero se dice con claridad que no tendría sentido un Estado Federal
de Cantabria. Y se continúan poniendo ejemplos en boca de muchos.
Me importa
poco lo que cada uno desee para su territorio; es su decisión, su libertad, su
derecho. Pero si me importa mucho que Aragón sepa estar en su posición
correcta, que no nos suceda como en los años 70 y el artículo 144. Aragón debe
¡YA! posicionarse claramente en esta diatriba y decir con claridad que nosotros
SI queremos ser incluidos en esa división de España por nacionalidad, queremos ser como poco federales, que Aragón debe recuperar su espíritu identitario desde las
fechas de los años 30 y no centrarnos en lo trampeado en los años 70, en donde
solo se reconoció a Cataluña, Galicia y País Vasco como nacionalidades.