Los jueces
están para hacer justicia, pero solo si los llamas. Y cuando los llamas interpretan
la justicia según sus libros de colegio, que nunca sabemos como son. Un lío.
Las desigualdades económicas entre los españoles están aumentando a velocidad
peligrosa. Pero la justicia de esto no entiende, se hacen los sordos.
Nosotros, los
que fuimos a colegios de curas, entendemos la justicia de otra manera, nos
creemos que los jueces son esos señores que analizan los problemas de todos, y
les buscan soluciones. Somos imbéciles por creer esto.
Los jueces
además hacen como que escuchan a los abogados de las partes, disimulan poniendo
cara de escuchar, pero en la mayoría de los casos antes de sentenciar miran sus
libros, en papel, en el ebook o en su mente, y con arreglo a lo que ya tienen
programado sentencian. Lo que han dicho los abogados sirve de poco. Si además
estos son malos o tontos, jodidos estamos. Yo conocí en mi oficio gente justica
en lo suyo y siempre creí que esto era posible en todos los oficios.
Me he
imaginado siempre a médicos justicos, a carpinteros que se equivocan o a jueces
que no lo tienen tan claro como nos creemos. Si caes en la mano de uno de
estos, es como una lotería, nunca sabes por donde te va a joder.
Ahora sabemos
que los pobres crecen como champiñones, pero no en altura sino en número. Todos
miramos hacia otro lado, pues los elegidos por Dios no tienen internet para
quejarse. La justicia dice que ellos están para resolver lo que les plantean y
sobre la pobreza nadie les ha dicho nada. Sobre la brutalidad del desempleo
nadie les ha preguntado sentencia.
En la
Constitución pone que tenemos derecho al trabajo y a una vivienda digna. Pero
como se te ocurra rodear el Congreso aunque sea un día entre semana y a las 10
de la mañana, vas jodido. Dependes de que entienda el policía que lo estás
rodeando tú solo. Podría ser un policía justico, claro.