Se insiste en el
peligroso juego de considerar al desempleado como un holgazán que no quiere buscar
trabajo. Se intenta trasmitir la sensación de que el parado lo está por que
simplemente no le interesa buscar trabajo.
A esta terrible mentira
interesada, solo caben las preguntas siguientes.
¿Cuántos puestos de
trabajo se quedan sin cubrir en España?
¿Cuántos puestos de
trabajo se ofrecen en el mercado laboral español?
¿Cuántas veces ofrecen un
puesto de trabajo por persona los servicios públicos de empleo en el trascurso
de un año de desempleo?
¿Cuál es el motivo real
para que personas prefieran estar desempleadas a tener un empleo, como siempre
antes han tenido?
Estamos hablando de seis
millones de desempleados de todas las edades. Que entre seis millones haya
miles de enfermos de soriasis, cientos de tuertos del ojo derecho, decenas de
personas a las que les falte el dedo índice de la mano derecha, entra en las
estadísticas lógicas. Que haya incluso miles que no quieran trabajar no sirve
para quitar la dignidad a los seis millones de desempleados de España.
¿Hay más desempleados que
no quieren trabajar que políticos, policías, periodistas, sacerdotes o
militares que se escaquean cada vez que pueden?