Hoy mismo la OCDE ha vuelto a darnos recetas para que España salga del abismo. Tranquilos todos, no lo lograrán, somos incapaces de entender nada. Nuestra deuda es brutal, nadie se atreve a decírnoslo con claridad para no engañarnos, pero a la deuda del Estado, de las autonomías y de los ayuntamientos (que es la menor) se une la de las entidades financieras (jope si supieran decirla), la de las empresas y la de las familias. Y cada año en vez de ir pagando un poquito la vamos engordando otro poquito.
¿Qué es lo que nos dice la OCDE para que podamos controlar este sin vivir, que es gastar más de lo que ingresamos?
Reformar otra vez las pensiones extendiendo el análisis de toda la vida laboral para saber qué pensión con corresponde, aumentar más los años de trabajo y cotización necesarios para poder tener la pensión máxima y acabar con las ayudas a la jubilación parcial, que se han convertido en gran medida en una trampa para listillos.
Subir el IVA en determinados sectores que siguen con tipos reducidos (pagamos mucho menos IVA por un cuaba libre a media noche que por ir al cine o al teatro), como los relacionados con el turismo y los servicios de transporte, por ejemplo. La propuesta pasa porque prácticamente todos los bienes y servicios coticen al 21 % con tendencia a que se suba al 23%.
Eliminar o reducir exenciones y deducciones en el IRPF. Por ejemplo, las aportaciones a planes de pensiones, así como retirar de forma retroactiva la deducción por vivienda para las nuevas hipotecas.
Introducción de un nuevo impuesto medioambiental, además de mayores impuestos sobre los combustibles, impuesto sobre el patrimonio y sobre las sucesiones sobre todo inmobiliarias.
Reducir las cotizaciones sociales (Seguridad Social sobre todo) a cargo de las empresas, especialmente para aquellos trabajadores con salarios más bajos.
Reducir aún más las indemnizaciones por despido improcedente, actualmente de 33 días por año trabajado, con el objetivo de darle más flexibilidad a las empresas. ¿Pero queda alguien a quien todavía no han despedido?
Avanzar hacia un contrato único con indemnizaciones por despido que vayan creciendo conforme al tiempo trabajado, con el fin de acabar con la dualidad del mercado laboral.
¿Les parece duro?, nada, no sufran, no lo es tanto e incluso podríamos decir que en algunos casos son medidas lógicas aunque duras. Ya no queda mucho donde despedir, la reforma laboral ha sido un trapo que no ha servido más que para encabronar y romper el mercado laboral del consenso, pero no sirve para crear empleo ni para lograr que quien trabaje esté más productivo y contento.
En serio —no sé si podré—, las reformas serán todavía mucho más amplias y duras. Que estos apuntes no nos asusten, que son solo una puntita, más que nada para ir poniéndonos vaselina. Eso si, no nos damos cuenta de quien nos gobierna y seguimos tan contentos, votación tras votación. No hay más que dos caminos. La vaselina o decir “¡basta!”, y de momento hemos ido todos corriendo a la farmacia.
Que nadie se llame a engaño, gestione quien gestione los recortes y cambios tienen que ser muy profundos. El único cambio entre unos y otros es dirigir estos cambios brutales hacia un segmento social o hacia otro. Pero ahora toca jodernos. Perdón.